Un día cualquiera

RUTINA: Secuencia invariable de instrucciones que forma parte de un programa y se puede utilizar repetidamente.

Lo intento... Me levanto por la mañana, con mucho tiempo por delante para tomar el café y pensar otro día más que el programa de la Ser no es lo mismo sin Gabilondo. Una duchita para terminar de despejarme, una hora para elegir finalmente qué ropa llevo (en Coruña esto es un dilema porque nunca estás seguro al cien por cien del tiempo que hará, además de que sí, soy increíblemente coqueta) y al final salgo de casa con el tiempo justo. Parada en la gasolinera, sonrisa al dependiente, conducir media hora, café en el bar del polígono, reviso el correo, suspiro... La rutina podría mantenerme cuerda. Pero la rutina no existe, pese a las apariencias.

Típicas conversaciones matutinas, trabajo un poquito, el café de las doce (no, no soy funcionaria aunque a veces lo parezca), un poco más de trabajo, suena el teléfono y anoto algo en la agenda casi sin hacerle caso... "Tienes que, tienes que..." "está bien, no hay fallo". Trabajo un poquito más. Suena el teléfono. "Sí, sí, lo de trabajar el fin de semana... ¿Cuándo es la reunión?... ¿Qué? ¿¿Cómo??¡¡Me puedes explicar cómo se puede perder a un director de fotografía!!". De acuerdo, la reunión se aplaza hasta que... Hasta que encuentren al dire de foto, en fin... Cambio de planes, cambio de proyecto. Un anuncio de Navidad, HOHOHO cómo odio estas fiestas. Se cuelga el ordenador. Se cuelga de tal forma que nadie diría que es una máquina que vale su peso en oro... Paramos para comer, nos echamos unas risas, vemos un par de capítulos de Expediente X... Tengo mucho sueño, si casi no he dormido... Pero la rutina no existe, pese a las apariencias. Reviso el correo de nuevo, esta vez el del trabajo, hago una llamada, "está bien, no hay problema, le hago un hueco", anoto algo en la agenda, y digo por favor que no coincida con la aparición del dire de foto... No sé para qué lo digo, si sé que coincidirá. Me empiezo a poner nerviosa, calculo cuántas horas tiene un día "No, no, definitivamente será imposible". Trabajo un poco. Reunión. Recuerdo el final perdido de Clerks, y a veces siento que hoy ni siquiera me tocaba estar aquí. Planificamos lo de los próximos días. El té de las seis que hoy es un café que sabe fatal "Tengo demasiado sueño", unas risas, conversación trascendental sobre ciencia ficción. Suena el teléfono, quedamos para tomar algo, "sí, ya sabes que no me olvido de ti. ja-ja-ji-ji-ha estado bien tenemos que quedar más amenudo"... Paso por ahí a recoger el paquete, "¿Otra presentación? Claro, claro, no te preocupes que sacaré tiempo". Me voy para casa, "el día bien no tengo ganas de hablar", apago el teléfono (por fin, no más sustos por hoy), estudio un poco, veo alguna peli... estoy cansanda, muy cansada... Tengo ganas de gritar, enciendo la radio. Me quedo dormida, suena el despertador. Han cortado el agua por una avería... Me da un ataque de risa. Y la rutina no existe, pese a las apariencias.

Have you ever had a dream...

Das cousiñas de Brianda ás 10:11 a. m.