19.6.05

De la publicidad y otros demonios

Es algo obvio e indiscutible: vivimos en la era del consumismo. Y yo veo los anuncios porque no me queda otra opción... por el momento, es de lo que vivo; así que cada día, mientras como en el bar de siempre, aprovechando que sintonizan la TVG, me fijo en todos los spots objetiva, técnivamente. Comentando a veces con alguien qué productora habrá hecho este anuncio, qué efectos lleva este otro... Es como ver un catálogo audiovisual en el descanso para la comida. Y, de hecho, esos pequeños productos, al igual que los videoclips, los trailers o los créditos de las películas, pueden aportar ideas que me han sacado de más de un apuro laboral.
"Técnicamente", solemos decir... No importa el contenido, ése no es mi trabajo. Pero un domingo como hoy, cansada de haber dormido poco, con la guardia baja... puede ser muy diferente.





Me siento ante la tele, rompiendo mi estricta norma de no abandorarme a ese electrodoméstico manipulador y... anuncios.
Al principio no me doy cuenta, pero pronto comienzo a notar algo, a recordar aquel trabajo de C para la facultad... ¡Joder, es que ya no se cortan un pelo! ¿Tan idiotas somos que no tienen ni que disimular?

Imágenes preciosas, muy cuidadas, idílicas... Mientras una voz en off dice: "A los 18, a los 20, a los 25...". ¡No puedo más! Y apago la tele indignada. Pero en el fondo sé que, por mucho que haga para evitarlo, yo también estoy dentro de ese círculo vicioso. Y llevan toda la vida marcando los pasos que hemos de seguir. Siempre.

Lo peor: las consecuencias a largo plazo. Porque si reflexionamos un poco y lo resumimos...

La generación de mis padres creció en un mundo en el que (dicho a modo de metáfora y para simplificar), o eras de los afortunados, o pasabas frío. Hasta que alguien se dio cuenta de que, a costa del trabajo, todos tenían derecho a un pequeño aparato de calefacción.

Después llegó la generación que en el trabajo de C aparecía definida como la del baby-boom (los nacidos entre los 70 y los 80, más o menos), y ellos (nosotros) supieron que tenían derecho legítimo a no pasar frío, pero les crearon unas necesidades ficticias: si puedes tener el mejor calefactor, ¿para qué conformarte con uno normal?

Y observo a mi hermana y a sus amigos, que son el siguiente eslabón de la cadena, y eso sí me da miedo. Ellos ni siquiera se plantean si existe el frío porque han nacido en un mundo en el que todas sus necesidades están cubiertas antes siquiera de saber que las tienen.

Pero todo sistema es frágil; el capitalista también, y puede que más de lo que pensamos en la época en la que vivimos. ¿Qué ocurrirá cuando esas necesidades no puedan ser cubiertas?

Y lo que es más importante: ¿qué ocurriría si alguien dijese "basta!"? ¿Se puede decir basta?

9 Comments:

At 1:53 p. m., Anonymous Anónimo said...

creo q no se puede decir basta! lo que sí se puede es decir YO PASO!creo que el mayor problema de los que vienen es q no saben de donde salen sus necesidades. nosotros tenemos a nuestros padres aún pendientes de recordarnos los problemas que ellos y nuestros abuelos pasaron para que a nosotros no nos faltara de nada. creo q echo de menos ese valor al esfuerzo que recibía de mis abuelos. ahora siguen valorandome, no lo digo por mi caso, lo digo por los niños que conozco, que valoran más tener una superconsola que buenas notas conseguidas con su esfuerzo. debe ser difícil educar a un hijo y más cuando el padre a lo que aspira es a conducir un BMW aunque tenga que llevar los calzoncillos rotos.
Supongo que la única manera de cambiar las cosas es intentando educar a nuestros hijos, hermanos, sobrinos, amigos... darles a conocer la alternativa a la tv y el consumismo. ¡Con lo divertido que es revolcarse por el césped!
Bueno, después de esta rallada, me piro a aestudiar.
Biquiños

 
At 3:30 p. m., Blogger Lidia said...

"Elige la vida, elige un empleo, elige una carrera, elige una familia, elige un televisor grande que te cagas, elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas electricos. Elige la sal, colesterol bajo y seguros dentales, elige pagar hipotecas a interes fijo, elige un piso piloto, elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego, elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos, elige el bricolaje y preguntate quien coño eres los domingos por la mañana, elige sentarte en el sofa a ver tele-concursos que embotan la mente y aplastan el espiritu, mientras llenas tu boca de puta comida basura, elige pudrirte de viejo, cagandote y meandote encima, en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoistas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte, elige tu futuro, elige la vida. Pero ¿porque iba yo a querer hacer algo asi?"
:P

 
At 3:39 p. m., Blogger Brianda said...

Ése es el espíritu, Ro :)

Lidia, yo no lo habría explicado mejor... Sí, así es exactamente como me siento hoy :P

 
At 3:53 p. m., Blogger Vicente Torres said...

Estamos en lo de siempre. Los antiguos griegos decían: conócete a ti mismo. Pero, no. La gente prefiere refugiarse en lo que sea, en lugar de plantearse lo que realmente importa. En realidad, el consumismo un modo más de evadir esa obligación de conocerse.

 
At 6:30 p. m., Anonymous Anónimo said...

No creo que el capitalismo sea frágil, sino todo lo contrario. Creo que desde que hace 20 años entramos en un estado de globalización profunda, hoy es más fuerte que nunca. De hecho, me asusta, me horroriza la fortaleza que tiene. Y sobretodo cómo afecta a las nuevas generaciones.

Todo es como una larguísima línea de fichas de dominó. Si el viento tambalea una de ellas, todas las demás pueden caer, más fuerte o más suavemente, en una sucesión inevitable. Las fichas ya cayeron tres o cuatro veces desde que inauguramos fenómeno económico, pero siempre se ha conseguido volver a alinearlas. Ahora la diferencia es que la gente empieza a ser algo más consciente de los problemas que puede tener si vuelven a caer.

Quizá por eso los franceses dijeron que no hace unos días, porque una sociedad es algo más que 20 dígitos bancarios.

(Si sacas estos temas realmente me puedo poner muy pesada...)

 
At 11:25 p. m., Anonymous Anónimo said...

Ese tipo de valores hace tiempo que se perdió en esta sociedad, Vicente.

Inchina, pues yo creo q el capitalismo es más frágil de lo que parece. Al fin y al cabo, se sustenta en unas bases (como el petróleo) extinguibles. E imperios más grandes han caído. Y no te pones pesada, es un debate interesante, no?

Bicos

 
At 11:35 p. m., Blogger fj said...

en un mundo donde la tecnologia avanza con las guerras es dificil decir basta... yo tb voy destinado a un sector de esa sociedad tecnologica q debe crear necesidades "ficticias" para vender moviles, conexiones de alta velocidad a internet, dispositivos de ultima generacion q en un par de años quedaran obsoletos... en fin, supongo q es el mundo q ha tocado vivir, y lo unico q sabemos hacer es verlo venir y estar sobre aviso.

 
At 12:04 a. m., Anonymous Anónimo said...

lo peor es q me acabare sintiendo culpable de la carrera q estoy estudiando. Hay q joderse.
biquiños

 
At 10:04 a. m., Blogger Brianda said...

Sí, ese es el mundo que nos ha tocado, fj; pero hay días en los que uno desearía apearse :P

Ro, no te preocupes; a alguien le tiene que tocar hacer ese papel. Yo tb vivo de la publicidad, es lo más paradójico del mundo...

 

Publicar un comentario

<< Home

Contracorriente

ahora mismo